Hoy, como parte de nuestra formacion en la licenciatura de enfermeria, realizamos una visita domiciliaria a una ancianita muy agradable. Lo hicimos para valorar su estado de salud y que nos contara su historia.
En salud anda relativamente bien (tan bien como se puede estar con EPOC), valoramos en los aspectos mas necesarios, con una exploracion fisica, asi como con un cuestionario.
Pero durante todo el cuestionario, la señora, de 82 años vividos, nos conto una pequeña parte de su historia, a mi me parecio muy interesante, y hubiera platicado mas con ella, si no es por que el tiempo nos apresuraba.
—Mi marido y yo, vamos a cumplir nuestros felices 52 años de casados el proximo mayo, en la misma fecha que el cumple años… — Comentaba doña Leonor cuando le preguntamos sobre su compañia diaria.
Su casa, construida en los años 60’s es una pieza arquitectonica muy agradable a la estancia y la vista. Con una sala/comedor muy ancha, jardines en la parte posterior y anterior muy arreglados, una alfombra color cafe claro que ya se ve un poco derroida por el tiempo, sillones muy del estilo de los años 70’s, una chimenea muy moderna al estilo de los 60’s, una mesa comedor muy larga y con 10 sillas, donde habia dos computadoras portatiles. Nos recibio en su cuarto de cocina donde habia una mesa y varios aparatos antiguos se veian por donde volteaba. Fue asi como llegamos la historia.
Su madre, casada con un hombre que le doblaba la edad, quedo viuda muy joven (mas o menos 30 años), con tres hijos y una enfermedad cronica que la aquejaba pero no la destruyo: La diabetes. Vivian en “Alamedas”, ahi doña Leonor vivio su infancia apenas conociendo a su padre, ya que este fallecio antes de que naciera su ultimo hermano.
Eso no la desanimo, logro estudiar la licenciatura en contaduria en la UNAM. Se caso y tuvo ocho embarazos, de estos, 3 fallecieron a los pocos dias de nacidos.
La parte mas dificil de su vida, fue cuando su hijo de 20 años fue asesinado por los guaruras del hijo de un politico llamado “Durazo”.
—En aquellas epocas, estaba de moda que los muchachos se comunicaran con “Walkie-Talkies”, se ponian apodos de nombres de carros como “Super B” o de animales como “Tigre”. Se hablaban por el radio y los muchachos de aqui de la colonia se ponian de acuerdo para salir, Generalmente se quedaban de ver en el “Toks”. Aquella noche, yo venia llegando del “maniqure”, y mi hijo era muy “presumidillo”, le compramos un traje por motivo del festejo del aniversario de bodas, que usaba cuando salia con sus amigos, con mezclilla, era lo que se usaba en esos tiempos. Habian quedado de verse en el “Toks” de Lomas Verdes, en lo que antes era Gigante, ahora Gigante ya ni existe…
—Si, ahora lo convirtieron en Soriana.— Comente recordando la compra de Gigante por la mencionada cadena de autoservicios.
—Si, eso. —Continuo dña Leonor — Entonces yo iba llegando, y lo vi bajar por las escaleras muy trajeadito, y me dijo: “Dame 40 para el cafe”. Pues le di sus 40, se fue, y ya no regreso.
La muerte de su hijo aun causa penas en la señora Leonor, refiere que en ocasiones hay dias en los que recuerda a su hijo fallecido en el año de 1977, ademas de las muertes de sus 3 hijos anteriores.
Aun hay muchas cosas que comentar de esta visita, y muchas cosas que preguntar en las dos siguientes visitas. Pero ya forman parte de otro post.